En
nuestra niñez hemos ido aprendiendo e interiorizando unas series de creencias,
en la mayoría de los casos recibimos muchas que nos limitan, y nos destruyen
sin darnos cuenta.
Todo
el mundo tiene creencias limitantes. Y defendemos las creencias con gran tenacidad
y vigor. Lo importante es que estas creencias son verdaderas… para nosotros. Si
creemos que la vida es una lucha, es porque la vida es una lucha, si creemos
que el dinero es difícil de conseguir, es porque el dinero es difícil de
conseguir. Si creemos que la felicidad está a la vuelta de la esquina, entonces
la felicidad siempre estará a la vuelta de la esquina.
Nuestras
creencias limitantes
son a veces bastante obvias para nosotros. Pero en general, y al igual que un
iceberg, las creencias conscientes son apenas la punta del iceberg. La mayoría
de nuestras creencias están por debajo de la superficie, fuera de nuestra
conciencia cotidiana. Para avanzar hay que tomar conciencia de tus propias
creencias limitantes como están causando un constante sabotaje en tu progreso.
La
búsqueda de esas creencias
limitantes “debajo de la superficie” puede ser un proceso
difícil ya que suelen ser estar bien vigiladas por tu mente inconsciente, que
está bastante bien entrenada para mantenerte en tu zona de confort. Sin
embargo, para progresar más allá de lo que bloquea el progreso tienes que dejar
la zona de confort y un primer paso para hacer esto es tomar conciencia de tus
creencias limitantes.
Una manera de identificar tus creencias limitantes es pensar en un área o una meta en la que estás teniendo dificultades en lograr. Puede ser la pérdida de peso, dejar de fumar o de una perspectiva de negocio, alcanzar tu cuota de ventas del departamento o el logro de tu presupuesto de manera consistente. Avanzas sólo para caer en viejos hábitos o perder las ganancias que se han hecho a lo largo del camino. Es más que probable, que en algún lugar profundo en tu interior hay una creencia limitante que debe ser abordada antes de que puedas ver una mejora sostenible y tu éxito final.
Por ejemplo: supongamos que tienes una meta para convertirte en el mejor vendedor de la empresa, pero en el fondo tienes una creencia limitante que ” no eres capaz o lo suficientemente inteligente,” ¿Qué posibilidades tienes de lograr tu meta? No muchas, la verdad. Antes de siquiera pensar en lograr tu meta, debes hacer frente a la creencia limitante.
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